El mundo abigarrado, caricaturesco y entrañable de Camilo José Cela aparece en este pequeño libro que homenajea a los chicos que sueñan con ser toreros. Con un estilo incomparable, las escenas se suceden entre el surrealismo y el esperpento.
Como los espejos grotescos y mágicos de la calle del Gato, Cela deforma a los personajes para llevarlos a otra dimensión. Chiquito de Alcurrunz, Mazapán II, Cuatrodedos u Obdulio Pimentel «Niño de la Categoría II» al que una hernia no le permite progresar en el arte del toreo: «¡A mi me hubiera gustado ver a Manolete con hernia! ¡Ya veríamos si hubiera sido el mismo!».
Y, con perdón, Cela nunca defrauda: «El torear de salón es como cascársela con goma higiénica».