Pletórico Tomás Rufo; Emilio de Justo, en estado de gracia

La plaza de toros de Arenas de San Pedro está viviendo una época de esplendor de la mano de Tauroemoción. Abandonada durante décadas, el cemento del tendido era parte de su ideosincrasia. Hoy, el lleno es motivo de esperanza. El sur de Ávila, principio y fin del Valle del Tiétar, vibró con Tomás Rufo, que hizo pleno de cuatro orejas, y se emocionó con los naturales, profundos y rotundos, que Emilio de Justo enjaretó al cuarto. Toledano y extremeño salieron en hombros una tarde que tuvo la noticia de que Roca Rey hizo lo propio a pie. No se lleven a engaño, el peruano tuvo que imponerse a un lote anodino pero con el que rindió a los tendidos. -Pletórico Tomás Rufo Emilio de Justo, en estado de gracia-.

Emilio de Justo recibió al primero, terciado, bajo y estrecho de sienes, doblándose y enganchándolo más allá del tercio con gran hondura. Después de un buen tercio de banderillas de Morenito de Arles, el extremeño brindó al ganadero Justo Hernández. Al pinturero y poderoso inicio donde hubo trincherazos monumentales, le siguió una primera parte de faena templada, honda y profunda, todo en los medios. Noble aunque justo de fuerza, el de Garcigrande se puso gazapón en la suerte suprema pero no fue óbice para que De Justo dejase una estocada cumbre en la suerte de recibir, eso sí, al segundo encuentro que dejó el premio en una oreja.

La conjunción entre el cuarto, Gracioso-118, y Emilio de Justo fue perfecta. La faena, siempre a más, tuvo enjundia. Los naturales brotaron hondos y ajustados, rebozándose la embestida hasta detrás de la cadera. Los hubo completos, casi redondos, otros sin solución de continuidad, ligados con el de pecho hasta la hombrera contraria. Una maravilla. Dos tandas sobresalieron, una de naturales con la mano derecha y otra con la izquierda con el que terminó una obra excelente. Arenas de San Pedro disfrutó tela. La estocada fue la firma perfecta. Dos orejas y vuelta al ruedo al bravo de Garcigrande.

La estocada en todo lo alto, volcándose en el morrillo fue una excelente rúbrica a una faena seria e inteligente de Tomás Rufo. El de Pepino dominó las alturas de un toro que tuvo ritmo y profundidad en la embestida. Destacó un poderoso toreo al natural con el que cortó las dos orejas.

Con otra gran estocada remató la faena al sexto Tomás Rufo, que tiene un cañón. Vaya dos sopapos. El joven espada desorejó también a este al que quitó por delantales en una faena donde primó el toreo de mano baja con gran compromiso. No fue fácil tampoco este astado que exigió temple para torearlo suave. Cero inercias. La última tanda, más vertical, tuvo enjundia. Pleno hoy de un torero que hizo vibrar al público abulense.

El segundo fue protestado por su manifiesta falta de fuerza. Con un clima adverso, Roca Rey tornó las lanzas en cañas en cuanto se quedó solo con la muleta. Primero a media altura, consiguió sacar el fondo de bravura y nobleza del animal, algo al alcance de muy pocos. El final, metido entre los pitones, con un dominio absoluto del toro y de la escena puso al público en pie. Un absoluto milagro. La estada se fue a los blandos. Oreja. También destacar al presidente que, con un clima hostil, optó por aguantar al toro en ruedo. Una decisión difícil pero, como demostraron los hechos, acertada.

Roca Rey coció una faena a fuego lento ante el quinto, un toro un punto tardo y de escasa transmisión. El peruano se impuso, una vez más, pisando los terrenos del toro en un final de arrestos. Un descabello contundente, previo a un pinchazo y media estocada, dejó el resultado en una fuerte ovación.

Plaza de toros de Arenas de San Pedro (Ávila). Corrida de toros del Domingo de Ramos. Lleno. Toros de Garcigrande (1º y 6º), y Domingo Hernández, terciados los tres primeros, de más trapío los siguientes, noble aunque Justo de fuerza el primero; protestado el segundo por su escaso empuje pero que sacó fondo de bravura en la muleta; con profundidad y ritmo, el tercero; bravo, el cuarto, Gracioso-118, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; sin transmisión el quinto; con temple, el sexto.

EMILIO DE JUSTO, oreja y dos orejas

ROCA REY, oreja y ovación tras dos avisos

TOMÁS RUFO, dos orejas y dos orejas

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Pletórico Tomás Rufo Emilio de Justo en estado de gracia

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