La Escuela Nacional de Tauromaquia sirvió como inspiración a Teo Escamilla para mostrar la realidad de unos jóvenes en la película Tú solo (1984). Hay más trabajos que tienen como tema central a la escuela o la tocan tangencialmente porque marcó un antes y un después en la forma de hacer toreros. -Antesala de la gloria: la historia de la Escuela taurina de Madrid-.
El periodista José Luis Ramón perteneció a la primera generación de toreros que pisó la Casa de Campo, bajo las órdenes de Enrique Martín Arranz y Manuel Martínez Molinero. Décadas después publicó un libro capital para entender su evolución: Antesala de la gloria. Historia de la Escuela Taurina de Madrid (Espasa-Calpe. Colección La Tauromaquia, 2002)
“¡Va vaca!”, dijo en voz alta Enrique Martín Arranz el domingo 10 de octubre de 1976, desde el burladero situado entre las puertas de chiqueros y de cuadrillas, las dos únicas de acceso al ruedo de la placita de toros de la Feria Internacional del Campo, de Madrid. Aquella voz -“¡va vaca!”- fue el pistoletazo de salida de la Escuela Nacional de Tauromaquia, su solemne inauguración.
Así comienza el relato que repasa los veinticinco primeros años desde que Lucio Sandín fuera el primer inscrito en la escuela que, por entonces, tenía su sede en la desaparecida placita del Lago de la Casa de Campo de Madrid.
En el primer curso, hubo 78 inscritos que tuvieron como profesores, además de Martín Arranz y Molinero, a Felipe Díaz-Murillo, José de la Cal, Tinín, Joaquín Bernadó, Gregorio Sánchez o Serranito.
Los frutos del éxito no tardaron en llegar y la “fábrica de toreros” -que no de patrones- lanzó en 1977 a Juan Carlos Arranz, Fernando Rivera, José Luis Ramón, Chavalillo del Barrio, Ricardo Marcos, Fernando Galindo pero rápidamente despuntó la primera terna que marcará la historia de la escuela: los Príncipes del toreo, Lucio Sandín, Julián Maestro y José Cubero “Yiyo”.
Ahí comenzó una historia insuperable. Como vimos en Tú solo, el caldo de cultivo era perfecto para que naciese una generación de oro de excelentes profesionales de oro y plata. Yiyo fue el primer matador de toros de la Escuela. También la primera figura del toreo que sacó. “El toro te podrá quitar la vida, pero la gloria jamás”. A Yiyo, Burlero le robó la vida con veintiún años en el mejor momento de su vida. La gloria nadie podrá arrebatársela.
Después llegó la terna de José Luis Bote, El Fundi y Joselito, junto con grandes toreros como José Antonio Carretero, Fernando José Plaza, Pedro Vicente Roldán, Jesús Pérez “El Madrileño”, Luis Miguel Calvo y un largo etcétera que en los albores de los años 80 comenzaba a andar el camino.
Es el comienzo de la historia que marcó el devenir de la docencia de todas las escuelas taurinas que llegaron después. El camino siguió con Cristina Sánchez, Luis Miguel Encabo, Uceda Leal, Miguel Abellán y El Juli, que rompió todos los esquemas.
José Luis Ramón hace un recorrido perfecto, porque lo vivió en primera persona y por su gran labor de investigación y completa estadística. ¡Si podéis haceros con él, no lo dudéis!