A las puertas de la Feria de Abril y con las miras puestas en San Isidro, la temporada 2022 se desarrolla por fin con aparente normalidad. Una vez superado el hito del Domingo de Resurrección -dulcificado hasta lo empalagoso por un toro que apenas llega al tercio de varas-, nos visitó un invitado inesperado: la nieve. Hemos esperado hasta el 20 de abril, una fecha impropia, para ver ciudades como Ávila o Segovia cubiertas por un precioso manto blanco. -Nieve en la plaza de toros de El Espinar-.
Con la nieve, las plazas de toros dejan una imagen para el recuerdo como la publicada por la Asociación Taurina 15 de Agosto de la localidad segoviana de El Espinar. Esta preciosa imagen de la Puerta Grande completamente blanca, donde destacan los vivos colores rojo y albero de uno de los cosos más importantes de la provincia, es una absoluta maravilla.
La plaza de toros de El Espinar se inauguró el 3 de septiembre de 1949 con una corrida de toros benéfica en la que se lidiaron toros de Gamazo (antes Villagodio) para Luis Miguel Dominguín, Pepe Dominguín y Paquito Muñoz. En su construcción intervino José Luis Aranguren Bourgon, arquitecto de Arganda del Rey que ya había ejecutado la rehabilitación del Ayuntamiento y la cubierta de la Iglesia de San Eutropio. Apenas se necesitaron 14 meses para levantar el nuevo coso en el mismo terreno sobre el que se situaba la antigua plaza.
La nieve en la plaza de toros de El Espinar nos recuerda la belleza del patrimonio arquitectónico del toreo. Las plazas de toros son auténtico monumento que dan categoría a las ciudades y que debemos de cuidar.