La vida humana parece que nunca llegó a la Illa dels Bous. Como en la sinopsis de una película de Steven Spielberg, la historia de esta isla fluvial que media entre Vinallop y Tortosa está vertebrada por la presencia de reses bravas desde hace más de 80 años. La Illa dels Bous se encuentra en peligro de extinción. En el corazón del Ebro, Cataluña de senyera y barretina, nace una isla habitada por toros bravos.
El Ebro camina hacia su enigmático delta. Va como no queriéndose ir. Se hace el remolón hasta trazar un circuito de curvas a veces sinuosas y a veces infinitas. En dos giros cambia lo baturro por la barretina. No se quiere ir pero cuando va, tampoco quiere volver. Ya en Tarragona, los recovecos se convierten en rápidos encarando la búsqueda del inmenso Mediterráneo.
Dentro de la limpieza que acompaña a tan magno río, nos encontramos con un accidente. Una formación que corta el transcurso natural del agua que baña las llamadas Tierras del Ebro. El Bajo Ebro. Justo a su paso por Vinallop, dependiente administrativamente de Tortosa -a la otra orilla-, podemos contemplar una isla que jamás estuvo habitada por personas.
En 1940, el ganadero Pedro Fumadó llevó una punta de animales a la isla que ayudó a conservar el hábitat, limpiar los pastos y aportar equilibrio a la biodiversidad de un lugar tan singular. Así, con el paso del tiempo los toros dieron identidad al lugar que pasó a denominarse la Illa dels Bous.
Fue hasta 1995 cuando la Generalidad de Cataluña enmarcó a la isla dentro del Plan Especial de Interés Natural, por lo que el propietario tuvo que abandonar el lugar junto con los animales. En el último momento se tomó la decisión de que varios toros y vacas permaneciesen en el lugar para la buena conservación del sotobosque.
El devenir de los acontecimientos, con la persecución antitaurina y de la prohibición de los toros en Cataluña, esta isla se convirtió en un reducto romántico y simbólico. Varias amenazas han concurrido en los últimos años para eliminar a las reses bravas de la isla, desde la separación de machos y hembras para controlar la natalidad hasta la última bravuconada de sacrificar a más de la mitad de los animales. ¿Casualidad, precaución o adoctrinamiento?
¿Y ahora, qué? La Illa dels Bous, en peligro de extinción
Cinco años después de la publicación de este reportaje en Mundotoro que alertaba del exterminio de una punta de vacas y toros que viven en libertad en un entorno natural privilegiado, descubrimos que los animalistas han ido aún más lejos.
Las entidades ultraanimalistas AnimaNaturalis, Progat Deltebre y FAADA celebraban, en un comunicado emitido en 2019, la decisión de la Generalidad de esterilizar a los machos para que no se reproduzcan de manera descontrolada. Una vez más, el falso animalismo pretende dictar también la vida de la propia naturaleza en un caudillismo ambientalista profundamente ignorante. Como falsa es la protección a unos animales que en realidad pretenden extinguir. ¿Por qué estos toros y vacas también están en el foco cuando no van a ser lidiados en ninguna plaza? ¡Déjenlos en paz!
PD: Nuestra pasión de aficionados nos hace soñar… aunque lleven años de libertad salvaje, sin ningún tipo de selección… ¿Qué pasaría si se lidiasen en una plaza de toros?