Domingo, 19 de abril. Trigésimosexto día desde que se decretó el Estado de Alarma nacional. -Lee Populismo de balcón-.
Son las 20 horas y hoy tampoco he salido a aplaudir. El cuerpo no me pide hacer un circo del momento más grave que ha pasado España desde la guerra civil. 20.453 fallecidos oficiales. Palmas, gritos, música a todo volumen. El mayor homenaje a los médicos está en dotarles de recursos, en subirles en sueldo, en darles EPIS cuando tenían que proporcionárselos, en no paralizar los test masivos en aduanas. Los aplausos son un gesto que deshonra a nuestros muertos. Mientras estamos aplaudiendo no nos acordamos de la desgracia. Positivizar el mensaje, que se pase. Gritos de júbilo en vez de rabia. Fiesta en lugar de luto.
Los sanitarios no son héroes. Por fin empiezan a decirlo ellos mismos. Los sanitarios son víctimas de todo el desorden que ha provocado este infausto Gobierno. Y, de hecho, no podemos pedirles que sean héroes. Han ido a la guerra sin armas. Nuestros sanitarios son profesionales de primer nivel que lo han dado todo porque era lo que tenían que hacer. Muchos de ellos se han quedado en el camino. Se han puesto mascarillas que no protegían porque se las ha proporcionado el Gobierno hasta esta misma semana, se han hecho trajes con bolsa de basura, han reciclado material desechable. Más recursos y menos palmas populistas.
Los mensajes controlan los medios. Primero se lanza un mensaje interesado, se cambia el estado de opinión y luego se da respuesta oficial. Del quédate en casa y no salgas al los niños tienen que salir. Llevamos una semana escuchándolo en todos los programas y en todos los telediarios. Ni una voz disonante. No es el hecho en cuestión, sino la forma de actuar más propio de regímenes propagandísticos.
La libertad de expresión no es un derecho a poner en cuestión aunque estemos confinados. La libertad, en todas sus vertientes, es innegociable. Hoy, el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil ha tenido un desliz en las eternas y poco fructíferas ruedas de prensa del comité de técnico de cada día. Uno de los objetivos es “minimizar todo ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”. Juzguen ustedes mismos. El ministro de Interior ha salido al quite para corregir esta afirmación. Para unos es un lapsus, para otros un atentado a la democracia ¿Qué será lo próximo? ¿Dará explicaciones Pedro Sánchez en el Congreso? ¿Y pequeño-Marlaska?
Un caldito dominguero
Lo mejor del domingo ha sido el caldito que hemos preparado para comer. La sopa sienta mejor estos días de tormenta. Fuera llueve con rabia. Me gusta rehogar primero los ingredientes en el puchero. Un chorrito de aceite en el fondo y un diente de ajo para que se vaya dorando. Apunten: puerro, cebolla y zanahoria. Todo cortado en mitades y para dentro. Después de un par de vueltas añadimos un par de huesos de jamón que los tengo congelados en bolsitas al vacío y los hecho directamente. Después, un trasero de pollo. Con eso sería suficiente pero hoy tenía un choricito que también se ha caído en el perolo para darle más alegría. La sopa es alimento noble y el cocido es el auténtico rey del pueblo.
¡Importante! Hay que ir desengrasando poco a poco para que no quede pesado. El juego de muñeca aquí es clave para ir quitando la capa de impurezas que se va quedando arriba. ¿Cuánto tiempo? Dos o tres horas a fuego lento. Lo mejor, ir probándolo para cogerle el gusto. Una vez que está listo, lo colamos y utilizamos lo que vayamos a comer para añadirle los fideos. No me digan que no es fácil y que no os avía una comida cinco estrellas.
Arranca otra semana en casa de teletrabajo. Lo extraordinario se ha convertido en algo normal.
Diario de un Confinado
Diario de un Confinado XX. Viernes de Dolores.
Diario de un Confinado. XXI. Sánchez y el sueño húmedo de El Pardo.
Diario de un Confinado XXII. Domingo sin palmas ni ramos.
Diario de un Confinado XXIII. La Fe de Lola.
Diario de un Confinado XXIV. El poeta marginado.
Diario de un Confinado XXV. La hora de Belmonte.
Diario de un Confinado XXVI. Somos del tiempo.
Diario de un Confinado XXVII. Túnicas colgadas.
Diario de un Confinado XXVIII. Juan Simón.
Diario de un Confinado. XXIX. Maestranza de luto.
Diario de un Confinado. XXX. El «mozoespás».
Diario de un Confinado XXXI. Se busca extraterrestre.
Diario de un Confinado XXXII. Tezanos y el aprobado general.
Diario de un Confinado XXXIII. Talento sin paguita.
Diario de un Confinado XXXIV. Volvamos al huerto.
Diario de un Confinado XXXV. El patetismo.
Diario de un Confinado XXXVI. Populismo de balcón.
Te has hecho un experto cocinero y generador de opinion al ir más allá de la noticia. Eso es hacer periodismo.