mozo espadas

Diario de un confinado (XXX). El «mozoespás»

Lunes, 13 de abril. Trigésimo día desde que se decretó el Estado de Alarma nacional. Un mes. Un largo mes desde que estallara esta hecatombe. Jamás imaginé que el diario tuviese que llegar a su día 30. -Lee «El «mozoespás»»-.

Vamos con el lío nuestro de cada día. Resulta que la palabra más pronunciada en los últimos días no existe en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: “desescalada”. Desescalada del confinamiento, desescalada de la curva, desescalada de las muertes, desescalada de la tensión política.

El nivel cultural de la clase política es terrible. Una vez más, lo demuestran. La putrefacción del lenguaje. ¿Manipular el lenguaje? La manipulación es el lenguaje. La RAE no recomienda el uso del verbo “desescalar”, de hecho, ha tenido que salir al paso con un comunicado en el que dice que hay que evitar el uso de “calcos del inglés”. Palabras como reducir, disminuir o rebajar son más óptimas pero qué les va a decir un señor de la RAE a los del progresismo feminista y democrático y reformista y…

Los políticos se dejan asesorar por la legión de púgiles que tienen como mérito mayor en su CV haber estado rascando la espalda a la persona adecuada en el momento adecuado. No hace falta más mérito que tener unas buenas rodilleras. Lo comparo muchas veces con el “mozoespás” pero… qué estoy diciendo… que va, un mozo de espadas tiene mucha más categoría que un asesor de un político.

El mozo de espadas sí que es pura fidelidad a su torero. El Sancho Panza de Quijote. Su figura de siervo medieval rompe con cualquier prototipo de la actualidad. Siempre detrás del maestro sin hacerle sombra, sino cuidándosela. Atento con el botijo. Presto con los esportones. Humildad, honor y honra. Su cuadrilla, lo primero. Siempre dispuesto a conseguir la habitación como la quiere el matador, el menú al mejor precio. El que es capaz de limpiar los capotes y las muletas hasta que parezcan de estreno mientras los demás duermen la siesta por mucha solana que caiga. El que siempre tiene el agua fresca preparada.

La semana ha empezado de aúpa. Intensidad máxima. Aquí sí que no hay tiempo para la “desescalada”. Cae la noche del lunes. Hoy es 13, me he puesto de amarillo. Hoy he dejado de ser supersticioso.

Diario de un Confinado

Diario de un Confinado XX. Viernes de Dolores.
Diario de un Confinado. XXI. Sánchez y el sueño húmedo de El Pardo.
Diario de un Confinado XXII. Domingo sin palmas ni ramos.
Diario de un Confinado XXIII. La Fe de Lola.
Diario de un Confinado XXIV. El poeta marginado.
Diario de un Confinado XXV. La hora de Belmonte.
Diario de un Confinado XXVI. Somos del tiempo.
Diario de un Confinado XXVII. Túnicas colgadas.
Diario de un Confinado XXVIII. Juan Simón.
Diario de un Confinado. XXIX. Maestranza de luto.
Diario de un Confinado. XXX. El «mozoespás».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *