curro romero

Diario de un confinado (XXIX). Maestranza de luto

Domingo, 12 de abril. Domingo de Resurrección. Vigesimonoveno día desde que se decretó el Estado de Alarma nacional. -Lee Maestranza de luto-.

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
– Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
San Juan 20, 1-9

La Maestranza viste de luto. Banderas a media asta. Pendones descolgados. El cerrojazo de Navarro no marcará el inicio sincrónico y perfecto de la Banda del Maestro Tejera. El sol no partirá la plaza en luz y oscuridad, justo por la misma boca de riego. El albero no luce presuntuoso con el reflejo del brillo que solo se produce en la orilla del Guadalquivir. Sevilla sin Curro, Sevilla sin Morante. Domingo de Resurrección sin toros en Sevilla.

Tampoco habrá Feria de Abril, ni San Isidro, ni San Fermín, ni… El drama de la pandemia va a arrastrar a todos los sectores, va a afectar a todas las empresas. La tauromaquia va a recibir un bajonazo, un golletazo, del que va a ser difícil recuperarse. Desde luego, será imposible con el “método tradicional” de carteles repetitivos y entradas caras. Hace falta innovación, talento, imaginación. Imaginación no es acartelar a Ventura, Ferrera y Aguado. Imaginación es cambiar el orden establecido para asegurar la viabilidad del espectáculo, el interés, en definitiva, la supervivencia. Todos los estamentos tendrán que ceder, como lo estamos haciendo los trabajadores de otras empresas. Como vuelvan a mirar cada uno por su interés, no remonta esto ni Joselito resucitado. 

Pedro Sánchez ha vuelto a contraprogramar el telediario. Al carajo el trabajo de los periodistas, a la basura las escaletas, los vídeos, los directos programados… Su actitud con la prensa libre es de dictadorzuelo de tercera. Ya lo dijo su socio Iglesias, del que está aprendiendo mucho y rápido, antes de imaginarse que algún podría ocupar el lugar de vicepresidente: «Dame uno de los dos telediarios al día y tú te dedicas de gestionar los campos de golf en Andalucía que dan puestos de trabajo”. Dicho y hecho.

Apagón cultural

Anoche nos pegamos un maratón de los que luego no se pueden decir por ahí: seis capítulos de la serie de TVE Cañas y Barro, adaptación de la novela de Blasco Ibáñez. A lo loco. Uno detrás de otro. Aprovechando el apagón cultural de los titiriteros que viven en la eterna subvención, hay que volver a los clásicos. Mañana lo negaré profundamente cuando digan por ahí que unos vieron La Casa de Papel, Stranger Things o vaya usted a saber qué serie está de moda. 

Termina una Semana Santa que se recordará en la Historia, que la recordaremos en nuestras historias. Mañana comienza otra semana, la cuarta de confinamiento. Resurrección, Pasión y Esperanza.

Diario de un Confinado

Diario de un Confinado I. El coronavirus y la igualdad.
Diario de un Confinado II. Lola, Manolo, Litri y una dorada de bandera.
Diario de un Confinado III. Un cajón desastre.
Diario de un Confinado IV. Oda al teletrabajo y al sofrito.
Diario de un Confinado V. La normalidad es un milagro.
Diario de un Confinado VI. Unas cañas virtuales.
Diario de un Confinado VII. Un mitin en prime time.
Diario de un Confinado VIII. Hospital de guerra.
Diario de un Confinado IX. Sin decir adiós.
Diario de un Confinado X. La mandanga del «Caña».
Diario de un Confinado XI. La vida en una enfermería.
Diario de un Confinado XII. Ni una lágrima.
Diario de un Confinado XIII. La primavera no quiere romper.
Diario de un Confinado XIV. La purga.
Diario de un Confinado XV. Madrid te necesita.
Diario de un Confinado XVI. El aplauso de las 19:58.
Diario de un Confinado. XVII. Llover de rabia.
Diario de un Confinado XVIII. Feminismo de oficio.
Diario de un Confinado XIX. La última de la clase.
Diario de un Confinado XX. Viernes de Dolores.
Diario de un Confinado. XXI. Sánchez y el sueño húmedo de El Pardo.
Diario de un Confinado XXII. Domingo sin palmas ni ramos.
Diario de un Confinado XXIII. La Fe de Lola.
Diario de un Confinado XXIV. El poeta marginado.
Diario de un Confinado XXV. La hora de Belmonte.
Diario de un Confinado XXVI. Somos del tiempo.
Diario de un Confinado XXVII. Túnicas colgadas.
Diario de un Confinado XXVIII. Juan Simón.

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