Domingo, 29 de marzo. El cambio de hora trastoca las costumbres. Incluso confinado, uno tiene sus horas y sus manías. Hoy, la hora de la comida ha sido a las cinco de la tarde. Y la cena, a las once. Un desastre absoluto. El madrugón de mañana va a ser de aúpa. Suenan las trompetas de que se avecina una semana dura. Nos pillen confesados, aunque sea telemáticamente. -Lee Madrid te necesita-
El fin de semana ha sido terrorífico, por mucho que diga Simón y la inteligible “portavoza” Montero que estamos llegando al pico. El pico es al que hemos llegado hoy, pero de muertos: 838. 1670 en un fin de semana. Da pánico pensar en lo que sucederá mañana. Los más optimistas dicen que se están reduciendo el número de nuevos contagios, que se va aplanando la dichosa curva pero, ¿cuántos test se están realizando cada día a nuevos casos? ¿Son los realmente necesarios? ¿Hay los suficientes para detectar todos los nuevos casos en un día? ¿Cuántos están en cuarentena sin que se les haya hecho la prueba? ¿Cuántos mueren sin que se les haya hecho la prueba y no entran en esta estadística? Nos cuentan lo que quieren.
Mañana entramos en un nuevo escenario. Paralización total de lo no esencial que no estuviera parado antes. Sánchez lo anunció con una corbata gris. Parece que va camino del luto, pero muy poquito a poco, fiel reflejo de su gestión. Ahí siguen las banderas en cada comparecencia, en lo alto del mástil. Qué frialdad. Qué descaro. Madrid ha tardado tres semanas en decretar luto oficial. Las banderas de Las Ventas lucen desde hoy en duelo.
Solidaridad
El aplauso en los balcones de las ocho ha sido, por primera vez, de día. Me gusta el horario de verano. El último rayo de sol que se pierde en el horizonte que parece que no se quiere ir para dar paso a una noche de verano. La luz es alegría. Qué paradoja. Que la luz sea símbolo de esperanza.
Las desgracias testan a las sociedades y sacan lo mejor y lo peor de las personas. Extrema sus virtudes y sus defectos. Afortunadamente, el bien suele imponerse -espero-. La solidaridad es uno de ellos. Eva hoy tenía reunión con un proyecto maravilloso. La plataforma Madrid Te Necesita ha conseguido en pocos días poner en contacto a gente que tiene una necesidad con gente que presta su ayuda. Esta crisis está dejando mucha necesidad por el camino. Mascarillas, comida en residencias de ancianos, colchones, impresoras 3D… Incontable. Y es tremendo comprobar cómo la gente se vuelca en ofrecer hasta el último de sus recursos para ayudar al prójimo.
El funcionamiento de www.madridtenecesita.org es muy sencillo: en el apartado “Cuenta Conmigo” puedes ofrecer cualquier cosa con la que puedas ayudar y el apartado “Te Necesito” es para pedir ayuda. La plataforma se encarga de darlo a conocer y poner todos sus recursos desinteresadamente para que llegue esa ayuda allá donde se necesita. En pocos días, han logrado una comunidad de más de 2000 personas. ¡Enhorabuena!
Las grandes tragedias ponen a prueba al ser humano. Por mucho que sintamos impotencia por la deleznable clase política que no nos representa, historias como la de Madrid Te Necesita y tantas otras que se han puesto manos a la obra para hacer llegar su trabajo, su talento y su esfuerzo en paliar, aunque sea mínimamente, la desgracia que se está llevando por delante a miles de personas y que está dejando una huella que será difícil de borrar.
Diario de un Confinado I. El coronavirus y la igualdad.
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